miércoles, 22 de octubre de 2014

DORIAN WOOD. Madrid, Sala El Sol,15 de Octubre 2014

 No es muy habitual, estas cosas no pasan a menudo.Mi compañero de concierto y autor de las fantásticas fotografías que acompañan el relato, Javier Luzuriaga, puede dar fe. Dorian Wood me dejó sin palabras y lo maravilloso de todo es que aún no se por qué. Quizá lo descubra mientras lo escribo.

  Los  músicos que acompañan al protagonista van tomando sus posiciones y hay que destacarlos: la acordeonista y vocalista Leah Harmon, Alexander Noice a la guitarra, y la base rítmica de los gallegos A Veces Ciclón, el batería Marcos Junquera y el contrabajista Xavi Muñoz. Enseguida apareció Dorian Wood, enfundado en una camiseta decorada con la palabra “Maricón”, diseñada por él mismo, la única referencia a su activismo, imposible ser más directo, no hace falta más. Desde el principio ya te da la sensación de que lo que vas a ver es diferente, pero no lo que se viene encima. Dorian no va a tocar ningún instrumento, y esa ausencia de piano va a diferenciar sus discos de su directo de manera harto sensible (sensible, si, creo que esa va a ser la cuestión)
 



    En los primeros compases empiezo a pensar en  Leonard Cohen, Nick Cave, Jeff Buckley, este sobre todo por el sonido de la guitarra de Alexander, pero de repente empiezan a tocar Glassellalia”,  y el maravilloso duo que interpretan la alegre Leah y el dramático Dorian hace que todo eso carezca de importancia, dejo de pensar que escribir, porque va a ser imposible reflejar lo que ocurre, y comienzo a sentir, entro en una especie de trance, sin poder articular palabra. Javier y yo nos mirámos con total incredulidad. Al terminar el concierto no me pude levantar del asiento, no lo hice hasta que apareció Dorian saliendo del backstage, entonces me acerqué a él y le di un abrazo, así, sin más, a toda su enormidad, más grande aún en talento que en físico. Cuando llegué a mi casa estaba exhausto,  cercano a la catarsis. Quizá todo es tan sencillo de explicar como que las circunstancias de cada uno son fundamentales en momentos así.

En realidad, si lo pienso, Dorian solo es un tipo que canta canciones, que sí, que lo hace muy bien, que tiene una maravillosa voz, una banda que le acompaña a la perfección, con una Leah que le da un juego maravilloso en los duetos y los coros. Si, un concierto magnífico, como otros muchos, seguramente hasta mejores si me apuras. ¿Qué pasó, pues? Que no es cierto, Dorian Wood no canta canciones, Dorian Wood ES la canción, Interpreta y se mete en ella con tanta intensidad que, al terminar necesita unos minutos para recuperarse, pero lo más increíble es que esa intensidad te la transmite y tú te conviertes en la canción también, y acabas tan destrozado como él.


Y esto lo consigue un tipo que aparentemente, y en los estándares en los que nos movemos, es el anti-frontman  sin embargo, su falta de pudor y complejos, que muestra una determinante seguridad en si mismo, su cercanía, su simpatía, su enorme personalidad, su manera de hablarnos en esos descansos entre las canciones y su sincera emoción, multiplicada por la conexión que siente con Madrid explican algo mejor que algo así ocurriera

Lo he intentado,pero me he quedado muy lejos de transmitir ni la mínima parte de lo que sentimos esa noche.No se si Dorian Wood me volverá a causar el mismo terremoto emocional la próxima vez. Más de 25 años asistiendo a conciertos me dan la experiencia suficiente para saber que este fue una de esos momentos especiales, mágicos, que ocurren una vez en la vida y se quedan contigo para siempre.

Fotografías:Javier Luzuriaga

PD: Gracias a Myriam Guerrero y sus bicicletas por esta noche inolvidable